El Programa Evolución Consciente©, ha sido diseñado tras largos años de investigación, para abrir un espacio de reflexión vivencial acerca de uno mismo, de la propia trascendencia, del significado de la vida humana, del sentido de ser feliz en la Tierra, y poder amar y ser amado sin peajes, con libertad, con lucidez.

Sus aplicaciones son totalmente útiles en una realidad materialista que ha dejado de lado la sensibilidad del individuo, la expresión natural de los talentos, la valoración de lo esencial, el disfrute de las pequeñas cosas, los momentos compartidos con alegría y generosidad.

Evolucionar con conciencia significa tomarse la vida como un gran campus experimental donde se mantiene la buena costumbre de dialogar con los aspectos más sanos de uno mismo, con los aspectos más maduros y libres, de tal manera que la persona sepa identificarse y definirse siempre a partir de lo mejor de sí misma, nunca pierda de vista sus grandes valores, sus mejores sentimientos, y así consiga que el resto de su naturaleza menos madura también cambie y mejore. Cuando nos afirmamos en la dirección correcta, necesariamente y sin hacer mucho más, ya estamos mejorando lo que no lo es tanto.

En biología, el concepto de evolución hace referencia a los cambios y transformaciones que se producen en los seres vivos, su principal exponente fue Charles Darwin, que en 1858 publicó su Teoría sobre la evolución de las especies, y dio al traste con las ideas imperantes hasta entonces acerca de la inmutabilidad y el carácter inmanente de las cosas.

Considero que la evolución consciente trasciende el concepto evolutivo biológico, motor de cambios adaptativos de las especies, para convertirse en un concepto evolutivo promotor de cambios de conciencia. Esto supone que la conciencia humana, en tanto que especie perteneciente a un linaje evolutivo multidimensional: La humanidad, empieza a ser verdaderamente humana cuando descubre su naturaleza trascendente e incorpora esta vivencia a su realidad cotidiana. Las primeras consecuencias de este nuevo enfoque son la pérdida del miedo a la muerte, porque se amplía cualitativa y experimentalmente la comprensión de la vida desde la inmensa perspectiva que se extiende más allá de la materia y del espacio-tiempo, en un continuo multidimensional e infinito.

Entiendo por evolución consciente el amplio proceso vital donde el individuo se encuentra más despierto y más lúcido que nunca, porque finalmente está dando prioridad a la investigación de su naturaleza sutil y convive con ella con naturalidad. Ha descubierto que cuanto más se aferra a lo material, más inseguro está de lo trascendente, y quiere acometer la resolución de su miedo a los cambios y a los finales de las cosas. Uno de los pilares del miedo a morir, entendiendo y experimentando que nada se acaba, que todo se transforma, que finales y principios son parte de la vida, y, que el apego desmesurado a cualquier cosa, no es sino un medidor de la ignorancia multidimensional y de la falta de perspectiva evolutiva.

En todo este proceso de vivir con conciencia. Conviene atender a una serie de factores que considero indispensables para tener éxito en la ardua tarea de recuperar lucidez:

EL FACTOR EVOLUTIVO
El factor evolutivo por excelencia de la conciencia humana es la capacidad de pensar. La capacidad de reflexión acerca de las cosas y, principalmente, acerca de nosotros mismos es la gran generadora de cambios y transformaciones. La conciencia es lo único conocido en el Universo que tiene esa posibilidad de hacerse preguntas, encontrar respuestas, elaborar conceptualizaciones abstractas y de atreverse a pensar con libertad. La mente es el ariete de la conciencia. Valorar la importancia de contar evolutivamente con este equipamiento es fundamental, dado que los cambios en la vida de la conciencia son mentales.

EL FACTOR AFECTIVO
El factor afectivo posibilita el refinamiento de nuestros sentimientos. Es la capacidad para evolucionar desde un apego burdo y biológico hacia las cosas queridas más inmediatas a un amor inconmensurable, desprendido y generoso hacia todo lo que vive. Para sintonizar con la vibración de amar es importante el trabajo profundo con las emociones, la depuración total del exceso emocional, la erradicación de los miedos y la adicción al sufrimiento. Este trabajo de fondo abrirá las puertas del amor lúcido para siempre en nuestras actuaciones. No podemos pretender amar, si todavía estamos saturados de dolor, de odio, de miedo. La verdadera energía de amar no puede convivir con esa densidad. Por eso, es imprescindible a la hora de evolucionar conscientemente, plantearse una redistribución efectiva de la energía que mueve la conciencia, para lograr ese ahorro energético que podremos invertir en la materialización de nuestros mejores sueños.

EL FACTOR AUTOCREATIVO
Si tuviéramos más confianza en nosotros mismos y no estuviésemos tan traumatizados por la mediocridad, nos daríamos cuenta de que somos individuos esencialmente creativos, que la creatividad es una cualidad inherente al ser, que, independientemente del grado de conciencia que la persona tenga de esta realidad, los seres vivos se caracterizan porque se producen continuamente a sí mismos, luego, estamos dotados para crear nuestras circunstancias, para plasmar en la materia la energía que movemos a nivel mental. A partir de la creatividad, elaboramos nuestra realidad, podemos regenerarnos y curarnos, podemos acelerar nuestro proceso evolutivo y salir del estancamiento de las repeticiones.

EL FACTOR ENERGÉTICO
La energía es el lenguaje de la conciencia. La conciencia está equipada de sistemas energéticos que procesan patrones de energía de diversas cualidades, mental, emocional, física. Nuestro campo energético integra y moviliza esos patrones en base a los intereses del individuo, sus características, nivel evolutivo, grado de lucidez, y con ello va concretando secuencias de causa y efecto en su vida multidimensional. El campo energético trae impresa la información evolutiva de la persona. Por un lado, está aquello que ya ha sido resuelto y que se concreta en habilidades, valores, talentos personales y, por otro, está el material residual pendiente de resolución, traumas, miedos, desorganización emocional. El cuerpo humano es el organismo de expresión y drenaje de todo ello. Cuando se satura de densidad materializa el conflicto a modo de enfermedad. Al final, la enfermedad es la estrategia que utiliza la vida para que prestemos atención a un tema muy importante de nuestra historia personal y que probablemente traíamos como imperativo evolutivo para resolver en esta nueva oportunidad humana.

Por tanto, estamos equipados para acelerar nuestra evolución al disponer de medios para extraer conocimiento de la experiencia, a partir de la reflexión y del dominio consciente de nuestro campo energético. La educación del campo de energía implica conocer a fondo los estados disociados de conciencia, ampliar la sensibilidad y beneficiarse de los fenómenos derivados, como son: intuiciones, sincronías, visión remota, acceso a memorias del pasado, autodefensa energética, sueños lúcidos, salidas extracorporales lúcidas, entre otros. El conocimiento y la aplicación madura de todo ello es lo que considero el verdadero lenguaje de la conciencia y lo que confirma al individuo, sin equívocos, de su naturaleza trascendente, de la evidencia de ser mucho más que este cuerpo físico perecedero, y por tanto, de que no muere.

Cuando la conciencia humana recupera lucidez descubre que está equipada con instrumentos de análisis para observar el propio instrumento de análisis. Es el objeto de estudio de sí misma. Toda esta complejidad que somos, trabajando al unísono y en equilibrio en la experiencia diaria va permitiendo el acceso al conocimiento global que ya tenemos como resultado de toda nuestra evolución y nos va haciendo más singulares y únicos, menos sujetos a los golpes del azar. Toda unidad queda definida por un acto de distinción. Estamos dotados de un sello de individualidad, de distinción, y nos gusta sabernos diferentes, porque lo somos. Este detalle se pone de manifiesto en el miedo a la muerte. En toda muerte sin lucidez subyace la resistencia a perder la individualidad, a dejar de ser uno mismo.

La conciencia lúcida es la que sabe lo que tiene que hacer y lo hace. Se mueve gracias a la naturaleza creativa de sus dudas y se apoya en certezas biodegradables. Reúne el coraje y la energía suficientes para poner en duda presupuestos aceptados a lo largo de los tiempos y pone a prueba sus talentos en la acción significativa.

He llegado a la conclusión de que lo que mejor define a la persona lúcida son sus dudas y no tanto sus certezas. Es el juego de la duda razonable y libre de prejuicios y de las certezas necesarias, pero nunca suficientes, que se abre la rendija de la evolución consciente. Es el mejor juego que conozco para evitar que la persona se cristalice y se convierta en un fósil vivo.

En la evolución consciente el camino es siempre a contrapelo, porque uno de los desafíos que tenemos que encarar en este Planeta es el de ser capaces de encontrar el rumbo en la adversidad y en la incertidumbre para poder plasmar nuestros mejores sueños, para llegar a ser uno mismo. Dejarse arrastrar por la corriente dominante conduce a vivir en el clima de los miedos. La aceptación de los cambios, las crisis y los estados de desequilibrio como precursores de una transformación, es necesaria para trascender la acomodación y el estancamiento. Muchos ya habrán descubierto que la heroica resistencia al cambio es precisamente lo que nos mata en vida. Según estudios recientes, el pensamiento negativo y las emociones destructivas constituyen el 80% del pensamiento habitual de una persona hoy en nuestra sociedad.

La mediocridad, el aburrimiento, la enfermedad ocurren como resultado de no ser uno mismo. Es el precio que se paga por no atreverse a ser. El cambio, la transformación, la evolución consciente hay que quererlo, hay que proponérselo, no llega solo, ni por influencias medioambientales, hay que ir a buscarlo con motivación, ganas, energía, y esto empieza a ser, en la práctica, la actuación de la energía de amar.

El Programa Evolución Consciente©, ofrece un conocimiento útil que amplía los parámetros de referencia acerca de la propia vida, el sentido y el significado de la misma, desde una perspectiva constructiva, natural, al alcance de nuestras posibilidades reales, en una sociedad que evoluciona incesantemente y que no siempre ofrece respuestas al renovado despertar de nuestras sensibilidades.

Paloma Cabadas © 2015
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